lunes, 23 de septiembre de 2013

Sleepy Hollow o procedimientos sobrenaturales

Los yanquis tienen un nombre para una especie de sub-género de las series con episodios auto-conclusivos al que se refieren como "procedural". Este término indica que la serie muestra los procedimientos y procesos (naja) de, inicialmente, instituciones como la policía o un bufete de abogados en su día a día. Hoy, este término también engloba a series como House, donde se nos muestra cómo trabajan los médicos, o Chicago Fire con los bomberos.
Sleepy Hollow inaugura una nueva variante que, no sin cierto orgullo absurdo, he decidido llamar "supernatural procedural". El nombre le va como anillo al dedo ya que esta nueva serie de la Fox está indudablemente inspirada en el gran éxito de Supernatural, que ya va por su 9ª o 10ª temporada. En los "supernatural procedural", los protagonistas se enfrentan cada semana a un nuevo misterio fantástico y sobrenatural que tendrán que desentrañar usando, más o menos, los mismos trucos y herramientas. En Sleepy Hollow, uno de los protagonistas es Ichabod Crane, un tipo que lucho en la guerra de Independencia y que ha "resucitado" en el mundo moderno para defenderlo del Jinete Sin Cabeza y del resto de malignidades que seguirán tras el primer episodio. Su compañera y protagonista es Abbie, una agente de policía con un pasado misterioso. El marketing de la serie nos cuenta que es una reimaginación de clásico Sleepy Hollow aunque en realidad, utiliza el famoso cuento como premisa para desarrollar una historia del tipo "hay que detener el apocalipsis".
Habrá que ver cómo evoluciona, pero no creo que esta nueva "aventura" de la Fox nos depare ninguna sorpresa. Hay que ver cómo arriesga esta gente...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

La patria

¡Qué repentinamente artificial suena el catálogo de patrias cuando no hay más que una, la poesía de ser hombre en la tierra!

Julio Cortázar

jueves, 5 de septiembre de 2013

Hasta los mitos acaban

El verano se acaba y con él, varias series de televisión que nos han acompañado durante años. Es triste ver partir a estos camaradas pero ser testigo de su inevitable degradación es mucho peor. Así, con el ánimo ligero, nos despedimos de tres series míticas: Dexter, Breaking Bad y Futurama.
Dexter se encuentra en los últimos compases de su octava temporada y aunque el nivel ha fluctuado mucho (la temporada de tema religioso fue un poco decepcionante), la historia del vigilante psicópata nos ha brindado grandes momentos. A pesar de la abrumadora cantidad de capítulos que hay por delante si se decide empezar desde cero, Dexter sigue siendo una buena recomendación para aquellos que se aburren con las series más sesudas. Acabará pronto, probablemente tendrá un final controvertido, pues es lo que suele suceder, y luego, será enterrada en el mausoleo de las buenas series que murieron de viejas, en su cama, con las sábanas de Holanda.
Otra serie, de mayor calado su cabe, al que le llega su momento es Breaking Bad. El final de esta serie mítica se ha convertido en noticia y cada lunes miles de voces comentan por la red el último capítulo en emitirse. Breaking Bad tiene 5 temporadas de oro puro, ineludibles para cualquier amantes de la ficción serializada y que pronto reposarán en el Olimpo de las historias.
La historia más triste de esta elegía es la de Futurama pues ayer mismo nos abandonó cuando todavía era joven, con energía de sobra para aguantar unos cuantos años más. Aunque hay quien critica sus últimas temporadas como las más flojas, el estratosférico nivel de las primeras temporadas no facilita el trabajo de los guionistas. En fin, nos despedimos de Futurama con la descarada esperanza de verla resucitar por tercera o cuarta vez, cual Lázaro reincidente.
Que empiece el funeral vikingo...