Toda temporada televisiva contiene los gratos momentos en que descubres una nueva ficción que resulta atractiva e interesante o en los que descubres que tu serie preferida tendrá continuidad durante, al menos, un año más. Sin lamentarlo excesivamente diré que eso no es lo que le ha sucedido a 666 Park Avenue y Last Resort. Curiosamente, ambas series me han parecido relativamente prometedoras pero no han tenido la suerte u oportunidad de poder demostrarlo. En 666, lamento la cancelación porque implica perder de vista al gran Terry O'Quinn hasta que encuentre otro papel a la altura de su talento. Por otro lado, no sé si lamentar o no la cancelación de Last Resort, pues aunque la serie en sí no estaba tan mal, tampoco llegaba a ninguna cota destacable y así, Shawn Ryan puede buscar prados más fértiles.
En fin, así es el ciclo de la vida en el mundo de la televisión, series van, series vienen y todas están condenadas a acabar en las fauces de la muerte menos Los Simpson, que seguirán emitiendo hasta el dia del juicio final. Afortunadamente, podemos seguir disfrutando de Homeland, cuyos protagonistas están "on fire"; de una temporada de Dexter en la que reencontrarse con viejas sensaciones y de los zombis y supervivientes de The Walking Dead. En el horizonte, Game of Thrones y más allá Marvel's The Shield. Bien está, ¿no?
martes, 27 de noviembre de 2012
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