lunes, 19 de noviembre de 2012

Dark Souls o jugando a la antigua usanza


Dark Souls es un action RPG que ha conseguido gran notoriedad por traer de vuelta la dificultad de los juegos de unos años atrás. Dark Souls es implacable y casi cruel en muchos momentos. Los enemigos son difíciles y la penalización por morir es muy alta, sobretodo en comparación la mayoría de juegos que salen al mercado últimamente. Curiosamente, ese nivel de dificultad es uno de sus más poderosos atractivos pues genera en el jugador una necesidad de superar el obstáculo que otros juegos jamás alcanzan.
La historia de este RPG es sutil, ambigua y "ambiental" en tanto que no hay personajes o secuencias que expliquen la trama. Sí, hay pequeños indicios aquí y allí de lo que sucede en este mundo cuidadosamente diseñado pero, en mi opinión, Dark Souls tiene más ambientación que historia. Para algunos, eso será un defecto pero yo estoy disfrutando muchísimo de las localizaciones y, sobretodo, del diseño de los monstruos, aunque nadie me explique de dónde salen. En serio, los monstruos son geniales.
El tercer elemento encumbrador es el sistema de combate. Ágil, táctico, serio, verosímil y muy divertido son algunos de los adjetivos que se me ocurren. El sistema de Dark Souls permite crear personajes ligeros que esquviven los ataques enemigos y busquen la espalda para atacar o personajes pesados con escudos gigantes y espadas a dos manos. En resumen, desde el gran y viejo Blade: Edge of Darkness que no disfrutaba tanto de un sistema de combate.
Dark Souls no es un juego para todo el mundo, pues aquellos con poca tolerancia al fracaso acabarán frustrados con una rapidez inaudita (quizá no pasen del nivel tutorial) pero aquellos capaces de disfrutar y saborear esa crueldad tan típica de los juegos de antaño, lo van a pasar muy bien.

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