Real Steel, una de las últimas películas del taquillero Hugh Jackman es una especie de adaptación de Rocky aumentando la cantidad de decibelios gracias a la substitución boxeadores por robots boxeadores y reduciendo la complejidad e interés en el resto de campos. Incluso la trama, de boxeador en horas bajas a retar al campeón, se sucede prácticamente igual que en la mejor película de Stallone, añadiendo solamente la relación padre-hijo que sustituye la historia de amor de Rocky. No nos equivoquemos, la historia de amor está, de ahí el "añadiendo", pero es uno de esos complementos clásicos de Hollywood y sigue tan vacío como siempre.
El único aspecto que ha mejorado es la espectacularidad pues los combates entre los diferentes merchandising, perdón, digo robots boxeadores, tienen el sello de calidad técnico también clásico en las grandes producciones. Lo del merchandising tiene su coña porque durante la película ves más a menudo, el logo de HP, ordenadores y tal, que el de Real Steel, el nombre del famosísimo torneo de robots boxeadores que da nombre a la película. Por otro lado, actores hacen lo que pueden y el niño tiene su gracia pero los papeles son meros figurines y no dan para más.
Tras haber leído varias veces seguidas lo de robots boxeadores seguro que la combinación de palabras empieza a sonarte rara. Es normal, lo de los robots boxeadores es digno de un cómic de El Bruto y aunque la película consigue que te lo tomes más o menos en serio, enseguida queda claro que Real Steel no pretende más que entretener con sus combates llenos de CGI. Por un momento parece que director y guionistas se plantearon abordar el tema típico de ciencia-ficción sobre robots que adquieren consciencia pero al final todo se queda en la imitación de los movimientos. Imagino que eso hubiera quitado protagonismo a Hugh.
En fin, entretenimiento palomitero para noches de domingo 100% sin adulterar. Aquellos con fobias o alergias, se pueden ir retirando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Y tú opinas que...