Parte de la culpa por la falta de artículos diarios en este blog recae en el Skyrim, cuya presa sobre se está relajando. Otro tanto por cien de esa culpa dividida tiene que ver con mi escapada a Valencia en pocos días para ejercer por segunda vez en mi vida de coordinador en unos campamentos.
A pesar de todo, he decidido escribir un último artículo antes de irme para comentar el estado de las series de televisión que estoy siguiendo ahora mismo así que vamos al turrón.
TERRA NOVA: No surprises here. Desde el piloto, la serie se ha desarrollado exactamente como predije, a base de episodios autoconclusivos que, a su vez, han desvelado lentamente los componentes de una trama principal un pelín floja. A estas alturas, sólo un milagro podría reencauzar esta serie en algo realmente digno de ver. Personalmente, dudo mucho que ese milagro suceda, pero como hay dinosaurios pues ahí sigo.
HELL ON WHEELS: Evidentemente, HoW sigue muy lejos de Deadwood y sus posibilidades de alcanzarla son más bien escasas. Aún así, este western está apuntando maneras y pese a no llegar a los niveles de excelencia de Deadwood, Hell on Wheels es una serie muy entretenida y única en su género en televisión.
HOMELAND: Sin duda, la mejor serie de televisión del momento, Homeland sorprendió a propios y extraños con unos primeros episodios de alta calidad que desafiaron todas las espectativas que uno pudiera tener. Ahora, a un episodio del final de la primera temporada, parece que nuestras oraciones han sido escuchadas pues nos encontramos ante una de las mejores producciones del género en mucho tiempo. En todos estos episodios, Homeland ha tenido tiempo de bascular levemente y dar algún mal paso pero, en general, no ha dejado de sorprender con sus tramas y maravillar con sus personajes, muy bien construidos y mejor interpretados. En fin, si tienes que escoger sólo una serie más, no lo dudes, Homeland.
BOARDWALK EMPIRE: Nada ha cambiado en Boardwalk Empire. Productores, directores, guionistas, actores y demás elementos que convierten esta serie en realidad, todos ellos hacen un gran trabajo en la última serie original de la HBO. Aún así, como ya he comentado en otras ocasiones, hay algo que falla. Un pequeño mecanismo conectado a el resto de los engranajes que no me deja engancharme y apasionarme como otras veces me ha pasado con otras originales de la HBO. Lo que me jode, es que aún no he identificado completamente el pequeño mecanismo averiado.
ONCE UPON A TIME: Justamente el último episodio de esta serie fantástica fue uno de los mejores de lo que va de temporada pues por fin se atrevieron a lanzarse de cabeza al meollo propuesto por la premisa inicial: un personaje secundario empezó a recordar su "otra vida" y pagó muy caras las consecuencias. Once upon a time pretende ser el próximo bombazo televisivo pero me temo que a pesar de ser entretenida e interesante, le faltan un par de elementos clave para acabar de enganchar a todos esos espectadores que se sientan a disfrutar de la serie sin acabar de sumergirse por completo es su propuesta.
DEXTER: Se conoce que un episodio malo de Dexter es generalmente mejor que la mayoría de episodios de la mayoría de series. Así, aunque siempre es un placer ver a Michael C. Hall en pantalla, esta temporada es la más floja hasta la fecha. Imagino que tras 6 temporadas, es fácil caer en la tentación de los simples trucos y tropezar en piedras que ya habían sido salvadas. Por suerte, Dexter es Dexter.
MISFITS: Llenar los zapatos de Nathan no es tarea fácil pero no podemos achacar el descenso en calidad y diversión a Rudy, quien tiene sus momentos, sino al muy común síndrome de la repetición que ataca a toda serie de episodios autoconclusivos con un freak semanal. Misfits tiene que ser valiente y dar el salto al formato serial. Mientras no lo hagan, muchos de sus episodios parecerán forzados y maniqueos.
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