En mi interminable busca de grandes juegos, aquellos que alimentan la imaginación y ponen tus neuronas a trabajar, he encontrado uno realmente alucinante. Su nombre es Dwarf Fortress y al igual que Minecraft, se trata de un juego independiente que ha sido diseñado y programado por pocos individuos, en este caso dos hermanos, los Adams y su estudio Bay 12 games.
En Dwarf Fortress, el jugador debe gestionar y dirigir a un grupo de enanos con una misión muy clara: construir una fortaleza y sobrevivir. La magia está en la ingente cantidad de opciones distintas y libertad que tienes para hacerlo. Puedes excavar y dedicarte a la industria de los metales o fingir que eres humano y crear un asentamiento de madera, puedes cazar, pescar, poner trampas o recurrir al comercio para conseguir comida. Las opciones son ilimitadas y hacer ahora una lista sería interminable. Os aseguro que podéis hacer virtualmente lo que os de la gana porque es posible hacer casi de todo.
Entonces, si el juego es tan bueno, ¿porqué no ha conseguido el éxito de ventas y críticas de otros juegos como Minecraft? La razón es que Dwarf Fortress es un juego para unos pocos, para los verdaderos jugones, para los hardcore y dedicated gamers. Por si la cantidad de opciones y la dificultad inherente al juego no eran suficientes para mantener a muchos jugadores alejados de esta maravilla, la interfaz gráfica de Dwarf Fortress se basa en letras, números y símbolos ASCII en 16 colores distintos. La imagen que encabeza este post no es arte abstracto sino Dwarf Fortress en su máxima expresión. Sí, lo sé, parece una pesadilla así que otros jugadores han creado muchos mods y algunos de ellos sustituyen los símbolos ASCII por dibujitos ligeramente más descriptivos. Yo estoy usando uno de ellos pues creo que no sería capaz de jugar de otra manera. Mi partida tiene un aspecto más similar al de la segunda imagen pero sigue siendo un caos de símbolos, enanos, minerales y muchos más objetos diferentes. De hecho, DF es un juego muy exigente con el procesador del ordenador pues, a pesar de los gráficos que presenta, el juego está realizando una monstruosa cantidad de cálculos para simular el mundo alrededor de los enanos.
Obviamente, Dwarf Fortress no es un juego para la mayoría de jugones sino para unos pocos elegidos capaces de soportar UIs arcaicas, peores gráficos y la mayor cantidad de opciones que he visto en un videojuego en mucho tiempo. Si crees que perteneces a este grupo de jugadores y te gustan los juegos de estrategia, no lo dudes ni un segundo. Investiga un poquito y disfruta de esta obra maestra del entretenimiento digital.
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