El periodismo gonzo se caracteriza por enarbolar el subjetivismo por bandera hasta el extremo de incluirse a uno mismo dentro del reportaje. El creador y máximo exponente de este estilo de periodimso fue Hunter S. Thompson, el escritor de Miedo y Asco en las Vegas. Warren Ellis se inspiró en la figura de este extravagante reportero para crear a Spider Jerusalem, un excéntrico y lunático periodista que debe abandonar un exilio autoimpuesto para volver a la Ciudad a cumplir unos contratos. Lo escribo en mayúsculas pues la Ciudad es el segundo protagonista de Transmetropolitan. Hasta donde he leído (unos 20 números) y exceptuando el primero de todos, todas las tramas y peripecias de la serie ocurren en una ciudad indeterminada y futurista que pretende ser el reflejo gamberro e hiperbólico del mundo entero.
El talento de Ellis queda patente desde el primer momento y la cantidad de ideas, grandes y pequeñas, que aparecen continuamente en el comic, resulta casi abrumadora. El trabajo de Ellis tiene el gran apoyo de Darrick Robertson que, a pesar de no poder mostrar en infinito detalle todo lo que imagina en cada panel como sí hacía en Hard Boiled, sigue manejando la narrativa y las emociones de los personajes como un maestro.
Aunque estoy disfrutando mucho de este cómic, y lo que todavía me queda, a menudo me encuentro pensando en cual sería el resultado si Ellis se lo hubiese tomado un poco más en serio. Que conste que no es una crítica, estoy seguro que Ellis realizó la decisión consciente de no ser demasiado moralista y maquilla toda la crítica social y política con una amplia dosis de macarrismo, mala leche y humor negro.
Transmetropolitan es ya una obra de culto y ofrece una visión del futuro imposible de ignorar cuando uno se plantea hacia dónde nos dirigimos. Además, Spider Jerusalem es uno de los grandes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo malo es que conforme avanza la serie ves que hay muchos numeros de relleno, muchas tonterias puestas por ser mas molon que nadie y argumentos tan estirados que acaban aburriendo, con numeros enlos que no pasa nada de nada.
ResponderEliminarYo hasta el momento no he notado lo que Anónimo comenta. Lo que sí he notado es un resbalón cuando escribo lo de Hard Boiled. El dibujante de HB es Geof Darrows que, en Transmetropolitan, se dedica a realizar algunas de las portadas. En algunos momentos, el dibujo de Robertson tiene un algo similar al de Darrows y... en fin... Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir.
ResponderEliminarMe refiero a los ultimos arcos argumentales. Cuando llegues a las elecciones presidenciales todos los numeros giran en torno a ese argumento. A partir de entonces es cuando detecto los rellenos y los numeros alargados. Y lo ser mas molon que nadie lo digo por la tonteria de que Spider Jerusalem coma ojos de foca o que tras matar a Snoopy diga que se lo guarden para comerselo.
ResponderEliminarCreo que ya sé a qué te refieres con los números de relleno pero para mí no lo son tanto. Leo Transmetropolitan sabiendo que no tiene una narrativa clásica y algunos números pasan directamente de cualquier narrativa para componer una versión con viñetas de las columnas ficticias de Spider.
ResponderEliminarEn cuanto a las tonterías molonas, creo que son parte esencial de la serie. Desde el primer momento, Ellis incluye todas esas burradas y gamberradas para dar color y forma a esa ciudad futurista. Spider no es el único que come ojos de bebes de foca ni polvo de niño irlandés.
Hombre, ya me imagino que Spider no es el unico dado que los venden en el supermercado. Me referia a que se le nota demasiado la intencion transgresora al pasar tanto de rosca al personaje.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. De hecho, ya pongo en el artículo que creo que Ellis se pasa un poco en ese aspecto transgresor o gamberro y que la serie aún sería más interesante si hubiera sido un tanto más sutil. Pero en fin, también hay que admitir que gracias a ese gamberrismo descontrolado Transmetropolitan tiene grandes momentos.
ResponderEliminar