Hace poco, apareció uno de los peces gordos de Disney y anunció que John Carter, la adaptación de la famosa novela de Edgar R. Burrows que abre su saga de ciencia-ficción sobre los habitantes de Marte. Igual que es un capricho que el protagonista viaje hasta el planeta rojo, parece igual de caprichoso el fracaso de la película pues como otros han dicho, la película no es tan mala.
John Carter narra las aventuras de un ex-soldado confederado propietario de la obligada tragedia personal en el pasado que viaja sin querer hasta Marte donde será protagonista del final de un gran conflicto que dura muchos años entre las dos razas autóctonas.
Está película se clasifica dentro del género de la Acción/Aventura con un despliegue visual majestuoso que aprovecha al máximo el exótico escenario de un planeta ajeno, clásico en la ciencia-ficción. Con el presupuesto manejado (250 millones) la calidad de la factura técnica se da por supuesto. Los actores cumplen sin llegar a sorprender, otro "por supuesto" en Hollywood en la mayoría de películas palomiteras. El director, autor de WALL-E, obra maestra obligatoria, tampoco llega a dejar ningua huella especialmente vistosa de su presencia
No he leído la novela original así que no conozco el material con el que trabajaron sus guionistas, pero el entramado argumental está bien trenzado sin llegar a brillar en ningún apartado. De hecho, sí hay algunas explicaciones un poco extrañas como el enredo al final, pero nada excesivamente grave. El grueso de la trama gira alrededor del cambio de actitud de John y es ese proceso, vacío y previsible, el que arrastra demasiado algunas secuencias más tranquilas.
Comparada con otras infamias audiovisuales que se han paseado por la gran pantalla, John Carter no merecía el trompazo que se ha pegado pero a pesar de todas las previsiones y predicciones, el ser humano aún sigue teniendo esa pizca de impredecibilidad.
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