viernes, 2 de marzo de 2012

Thirst o las pasiones de la sangre


Thirst es el último largometraje estrenado del director Park Chan-wook, autor de la Trilogia de la Venganza. En esta película, Park aborda el tema de los vampiros desde una óptica más cercana a "Let the right one in" que a la ristra de films vampíricos que Hollywood va colocando en los cines de todo el mundo. Thirst es una obra íntima y personal, donde Park explora la fuerza de las pasiones desatadas.
La trama de la película sigue a Sang-hyun, un cura católico que decide apuntarse a un experimento para desarrollar una vacuna para un virus muy peligroso. En el proceso, Sang-hyun es accidentalmente convertido en un vampiro. Esta transformación forzosa cambiará a Sang-hyun y despertará las pasiones que tanto se ha esforzado por controlar. La mayoría de tentaciones provienen de Tae-ju, una mujer prometida a un imbécil que sólo quiere escapar de su vida.
A expensas de la claridad narrativa en algún momento ocasional, Park va ensamblando escenas potentes una tras otra donde las acciones de los personajes nunca dejan al espectador indiferente. Mención especial para el encargado de los efectos de sonido que con la exageración por bandera, acentúa los efectos de esas escenas. Aunque esperaba mayor cantidad de hemoglobina, Thirst no es una película cómoda ni fácil de ver. Parte de la culpa reside en las dos horas de duración que se me antojan un pelín excesivas pero, a la vez, contiene algunas secuencias vampíricas difícilmente olvidables.
Por norma general, el cine de Park siempre vale la pena y Thirst no es una excepción. Para aquellos intoxicados por el cine comercial americano, será complicado disfrutar ampliamente del film pero incluso ellos deberían hacer el esfuerzo para disfrutar del cine de calidad.

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