La Isla del Borbón 1730 es un cómic escrito por Appollo, guionista francés que no conocía hasta ahora y del que espero descubrir algo más, y el archiconocido Lewis Trondheim, en el que cuentan la historia de la Isla de Borbón en el año 1730. La isla en cuestión fue un refugio de piratas retirados donde se mezclaron los conflictos raciales, de clase con el declive de los piratas. Este cómic está basada en hechos históricos aunque los autores nos recuerdan en la segunda página que se trata de una obra de ficción.
Este cómic asalta su argumento mediante varias tramas que se mezclan de forma orgánica y que forman un paisaje natural y atractivo donde los piratas se han convertido en terratenientes, los negros buscan escapar de la esclavitud y unos pocos jóvenes sueñan románticamente en mundos que no son posibles.
Sobretodo durante los primeros compases, el lector sigue al joven ayudante de un científico obsesionado con el extinguido dodo mientras su obsesión son los piratas. Enseguida, empezamos a conocer a un amplio grupo de personajes variopintos que nos muestran los distintos grupos que conviven en la Isla de Borbón, sus miedos y sus intereses.
Aunque antes he hablado de argumento, aparentemente, este comic se limita a presentar la situación de la Isla pero en ningún caso lo digo como reproche. El tapiz de relaciones, matizadas todas por los acontecimientos del pasado, entre las diferentes facciones y figuras de Borbón está muy bien escrito y resulta ser tremendamente interesante. De hecho, mi mayor queja en relación a este cómic es la terrible ausencia de una continuación. La Isla de Borbón 1730 es un retrato vivo y apasionante de un época poco explorada en el mundo de la ficción que encantará a aquellos que disfrutan de la creación de mundos coherentes y complejos.
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Se repite mucho "este comic ..."
ResponderEliminarTe pillé!! Huy huy huy!!! A qué hora has hecho esto? eh? eh? eh?
ResponderEliminarSí tienes razón en que se repite mucho, es para no poner el título entero todo el rato pero no es excusa.
ResponderEliminarMmmm... pero no entiendo muy bien el segundo comentario.