Ya tenemos el segundo episodio de la segunda temporada en nuestras mesas y como no podía se de otra manera, la calidad sigue alta. En los créditos descubrimos una nueva localización: Pyke, el hogar de la casa Greyjoy.
El capítulo abre con Arya, los futuros hombres de la Guardia de la Noche y los Capas Doradas que buscan a Gendry. Esta escena tiene el honor de presentar a 5 personajes nuevos: los tres prisioneros del carromato cuyos nombres deconocemos a excepción de Jaquen H'qar (me encanta su manera de hablar) y a Lommy y Hot Pie, dos jovencitos camino del muro. Por si eso fuera poco, también contiene un gran momento de Yoren y la conexión Arya-Gendry que tan bien funciona.
En King's Landing, Tyrion empieza a sentir el calor de la ciudad cuando encuentra aVarys conversando con Shae. Así, obtenemos el primero de muchos combates verbales entre Tyrion y el resto de carroñeros en la capital del reino. Estoy seguro que Tyrion ha ganado aún más fans cuando es el único que da crédito a las palabras del Lord Comander durante el consejo.
Inmediatamente viajamos más allá del muro para contemplar en toda su gloria a un enorme Fantasma. Creo que ver a los huargos va a ser un enorme placer esta temporada y por poner pegas, pediría más brillo rojo en los ojos del huargo blanco. El pobre Sam, que todavía no ha comprendido como funciona el mundo, pide a Jon ayuda para rescatar a la pobre Gilly. Por fortuna, Jon muestra cierto sentido común, el chico está aprendiendo.
Del frío, al calor. En la corta y única escena de Daenerys en el episodio descubrimos que Rakharo ha muerto y que Dany está muy enfadada. Supongo que en algún momento había que contar la muerte del jinete; por suerte, el potente diálogo en dothraki salva la escena.
Por fín, llegamos a Pyke y conseguimos una estupenda vista del castillo construido sobre acantilados, con el mar batiendo por debajo. Theon es el encargado de presentarnos ligeramente el nuevo escenario en otra escena de sexo, que se van a convertir en la especialidad del actor a este ritmo.
Mediante transición de sexo, volvemos a la capital del reino. La escena que sigue empieza muy bien, ilustrando sutilmente la perversiones de los poderosos y añadiendo el punchline final con el beso de la puta al noble. Luego, el diálogo entre Meñique y Roz me ha parecido un poco innecesario. ¿Qué consigue? ¿Mostrar que Meñique puede ser tan cruel e hijoputa como los demás? Eso ya lo sabíamos.
Todavía en la capital, Tyrion despide alegremente a Janos Slynt en un magnífico movimiento de ajedrez: no sólo se deshace de alguien que podría traicionarlo sin pensarlo dos veces, sino que lo castiga por el asesinato del bebé y acaba por poner a alguien de su total confianza en su lugar. Jaquemate.
Tras un breve momento en el camino al muro donde Gendry confiesa conocer el secreto de Arry/Arya, volvemos a Pyke donde Theon no recibe la bienvenida que esperaba pero que intenta sacar lo máximo posible al meter mano a una extraña mujer por el camino al castillo. Menudo calentón lleva Theon, ¡no para! En la misma onda, su padre tampoco lo recibe como esperaba y tras ser humillado una vez, descubrimos que la extraña mujer es su hermana y que, a diferencia de él, tiene el apoyo de su padre. ¡Ouch! La familia Greyjoy de las Islas del Hierro queda muy retratada y resulta tan interesante como en los libros. Tengo muchas ganas de ver más de ellos en los siguientes episodios. ¡What's dead may never die!
Otro personaje muy interesante es Sir Davos Seaworth, que en la siguiente escena vemos convenciendo a un encantador Shalador para que luche por Stannis. Admito que hay algo que me tiene un poco preocupado: ¿habrá tiempo suficiente para mostrar todos los ángulos de los nuevos personajes como Davos, Yara o Balon Greyjoy? Veremos. De momento, aprendemos que es un hombre sin fe pero con un inquebrantable lealtad hacia Stannis que al parecer cambió su vida.
En el diálogo entre Cersei y Tyrion, tan delicioso como cabria esperar, descubrimos que fue el propio Joffrey quien, ganándo más y más puntos en la competeción por el personaje más odiado de la historia de la televisión, ordenó la muerte de los bastardos de su padre. Por supuesto, Cersei no puede quedarse en silencio tras la cuchillada de su hermano y con mucha destreza, se la devuelve recordándole que él mató a su madre.
En cuanto vi la sala del trono de Rocadragón, recé para un plano cenital de la mesa. Sinceramente no me esperaba conseguirlo gracias al revolcón de Stannis con Melisandre. La sacerdotisa resulta muy inquietante gracias a su interpretación pero necesitamos un poco más de información para empezar a comprenderla de verdad. Aprendemos que Stannis tampoco tiene demasiada fe pero su rígido código moral le empuja a conseguir el reino y la sacerdotisa parece esconder las claves para conseguirlo. Primer paso: un hijo.
De vuelta en la casa de Craster, Jon Snow descubre qué hace Craster con los bebés barones: ofrecerlos a los White Walkers, nada más y nada menos. Por fín, tras la primera escena del primer episodio de la primera temporada, tenemos ocasión de echar un rápido vistazo a los monstruos sobrenaturales que demasiado pocos temen en Westeros y parece que, como buenos monstruos que son, les gustan los bebés.
El episodio acaba con un buen golpe de Craster a Jon y hasta la semana que viene. A pesar del gran volumen de nueva información que los espectadores tienen que absorver en esta temporada, me da la sensación que las piezas se están moviendo más rápido por el tablero con unas presentaciones más integradas en las tramas y con poca exposición. Para mí, que ya he leído las novelas (menos la última, Gilgamesh poneros las pilas o lo tendré que leer en inglés) es un placer que eso sea así pero los espectadores no lectores, igual tengan problemas en seguir los pasos de los personajes nuevos. La buena noticia es que la información llegará y para cuando acabe la temporada, el conjunto mostrará un tapiz increíblemente bien trenzado que estará pidiendo a gritos un segundo visionado.
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