La nueva temporada empieza con True Blood

De la lista de hace un mes sobre el seguimiento de mis series, ya no queda ninguna que no haya llegado a su finale con más o menos suerte. Si no me equivoco, la única que no ha sobrevivido ha sido Awake mientras que Touch y el resto han conseguido una temporada más de vida. Hasta ayer, mi nueva lista de series estaba vacía pero hoy tiene a una vieja conocida: True Blood. Ayer estrenaron el primer episodio de la quinta temporada de la serie sobre vampiros sureños y demas criaturas de la noche. Esta serie creada por Alan Ball no está en su mejor momento de forma y parece que los responsables de la misma se niegan a atacar los puntos en los que la mayoría de críticos coinciden en que debería mejorar. Aún así, True Blood sigue siendo HBO y yo sigo disfrutando de ese sentido del humor sutil, paródico y peculiar que tanto me gusta.
En el horizonte veo otros barcos que vienen a reunirse en esta bahía de ficción. Entre las velas cuento con Falling Skies, que acabó su primera temporada con un cliffhanger bastante interesante; la inacabable Futurama, joya del futuro y presente que debería enseñarse en los colegios. Un poco más adelante llegará la quinta temporada de otra joya televisiva: Breaking Bad y las ganas que le tengo no se pueden describir con palabras. En esta segunda oleada se cuela Alphas que podría sorprender con un cambio de dirección y ritmo en su segunda temporada pero que probablemente se quedará en simple entretenimiento. Más lejos aún, en el caluroso mes de agosto que nos espera vuelve también Hell on Wheels, pero este año tiene competencia en otras dos series "western" que ya se han estrenado pero que no he tenido ocasión de ver ni sé si la tendré. En esas fechas todavía medio lejanas también asoma la cabeza Doctor Who y no deja de ser una alegría.
Supongo que la ausencia de una abultada cartelera de series hará subir el número de pelis y libros a devorar así que no os preocupéis que siempre habrá material para Taller de un Guionista.