Anteayer, tras una larga temporada de parón por varias razones, me reencontré con The Sopranos. La calidad de esta serie está fuera de toda duda y es una de las series estandarte de HBO pero el debate sigue abierto entre The Wire y The Sopranos. Por supuesto, a partir de este punto, todo lo que diga está intimamente relacionado con mi humilde opinión. The Wire es lo mejor que han hecho nunca por televisión porque más allá de unos grandes diálogos, personajes más vivos que la vida misma y un cuidado absoluto por los detalles (características compartidas por ambas series), The Wire es un retrato fiel y oscuro de la sociedad y de los sistemas que la articulan. Por otro lado, The Sopranos, con ese punto de humor macabro paródico, se ríe de los miembros que componen esa sociedad y de sus absurdas paranoias, temores y deseos.
Sé que los seres humanos somos criaturas frágiles que nos comportamos de manera ridícula en muchas ocasiones tal y como denuncia The Sopranos, pero también sé que parte de la culpa reside en las instituciones creadas para protegernos que se dedican a protegerse a si misma y ver sus pecados y su humanidad me llega mucho más hondo que ser testigo de las incoherencias, miedos y contradicciones de cualquier hombre.
Aún así, evidentemente, The Sopranos ya está en el olimpo de las series de televisión junto a varias otras y a mi sólo me queda pedir que aparezcan muchas más series de este calibre. Game of Thrones es la siguiente gran esperanza y cada vez, queda menos.
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