Hoy empieza el 29º Salón del Cómic de Barcelona. Aún no sé cuando iré a gastarme los euros pero iré, de eso no hay ninguna duda. Por desgracia, compra de cómics aparte, me temo que la visita no será tan fructífera como me gustaria. En el pasado Salón, me planté delante de los stands de todas las editoriales con un pequeño dosier con algunas de mis ideas para cómic bastante elaboradas. Lo repartí por donde pude pero no llegué a recibir ningún comentario elaborado porque a mi dosier le faltaban páginas de cómic. Había bocetos de personajes y cosas así e incluso las dos primeras páginas de un cómic de 4 pero mis historias largas, las que podrían llegar a interesar a alguna editorial, esas sólo contenían mi parte del trabajo: descripciones, guiones, sinopsis y tratamientos. Creo que ya he escrito un par de post buscando dibujantes con energía y ganas de hacer proyectos, y algunos me han contestado y con algunos hay proyectos en preproducción, pero con la cantidad ingente de ideas y motivación que hay en mí y la aparente dificultad del tema del dibujo, podría tener a un ejército de talentosos Kirbys bajo mi mando y no sé si trabajarían suficientemente rápido.
Es entonces, cuando me planteo volver a intentar dibujar algo, cualquier cosa. Sería un sueño tener talento para el dibujo, pues yo sólo, podría contar mil y una historias. Lamentablemente, cada vez que me siento ante el cuaderno de dibujo que me compré para la universidad, tras unos pocos garabatos, queda patente que no tengo lo que hay que tener para dibujar y me temo que nunca lo tendré.
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