London Boulevard es la primera película de William Monahan quien también ha escrito el guión adaptado de la novela original. En ella participan Collin Farrell y Keira Knightley junto a un buen montón de actores ingleses de renombre internacional.
Colin Farrel es un ex-convicto que sale de prisión buscando una nueva vida pero cuyo pasado y personalidad le mantienen a dos pies del mundo criminal de Londres. Keira es una celebridad atrapada en su casa y acosada por los paparazzis que contrata a Colin como manitas/vigilante. Obviamente, esta historia no es un gran alarde de originalidad, pero está muy bien contada. Los dos protagonistas junto al villano londinense son lo mejor de la película y sus interpretaciones hacen honor a los matices de los personajes. London Boulevard es una de esas películas independientes muy bien hechas, con una buena historia y buenos actores a las que le falta un pizquita por aquí y otra por allí para convertir el conjunto en una película memorable.
Uno de los temas principales de la película es ese sentido de trágico destino que destila en varias secuencias clave. El peso del pasado y de la condición presente de los personajes se esfuerza por hundirles por mucho que se esfuercen en salir a flote. La redención total no existe en un mundo real donde las decisiones pesan más quel mismo plomo.
London Boulevard no se extiende en revisar todos los detalles ni en explicar todas las relaciones y a veces, como con el amigo pasado de rosca de la actriz, funciona muy bien aunque en alguna ocasión te quedas esperando a ver si te explican qué ha pasado aquí.
Esta es una buena película para los amantes del cine negro contemporáneo aunque si vas buscando emociones fuertes o sensaciones nuevas, es posible que te quedes con las ganas. Aún así, tal y como está el panorama, London Boulevard es una apuesta de calidad certificada.
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