Green Lantern: La decepción del verano

Hace unas semanas colgué un post en el que presumía de deducir toda la trama de GL a partir de su último trailer. Pues bien, me aplaudo por fallar tan poco pero me resigno ante la inutilidad de ciertos sectores de Hollywood, que a estas alturas, todavía son capaces de hacer las cosas con el culo. Con una puntuación por debajo del 30/100 en Rotten Tomatoes y Metacrític, Green Lantern es una de esas películas aplastadas por los críticos que, a pesar de su amplia campaña de marketing, no han conseguido cuajar en taquilla. Usease, otro fracaso para la larga lista de las películas de DC.
Después de leer algunas de esas críticas demoledoras, mis expectativas estaban a ras de suelo y aún así, la película no logró impresionarme en absoluto. Ciertamente, algunas de las escenas CGI son espectaculares pero a la vez un poco insípidas pues la trama no consigue insuflarles ningún tipo de vida. El guión es el gran culpable del desastre que es GL pues aunque no se trata de un universo de ficción fácil de adaptar, Warner tenía el presupuesto suficiente para conseguir un producto mínimamente decente. Algunos culpan a la gran cantidad de información expuesta y seguro que para aquellos profanos en la materia, comprender e interiorizar las bases de la mitología de GL no es fácil pero, una vez más, un director y unos buenos guionistas podrían haberlo logrado. La historia de Green Lantern parece cosida a pedazos usando como plantilla la famosa receta para el éxito seguro: héroe con dudas, belleza de apoyo, mentores excéntricos y villano malvado. Este Frankenstein moderno genera una cantidad impresionante de agujeros en la trama (¿combatir el miedo con miedo? eso es como extinguir un fuego con gasolina, ¿no? ¿Hal les convence para no usar el anillo pero aún así no le ayudan?), elementos inútiles (el flahsback de Amanda es para echarse a llorar) y acciones inverosímiles (pelea final entre Hal y Hector) además de ideas muy cutres (mostrar el trauma a base de flashbacks durante un momento clímatico). Ni Ryan Reinolds, que no hace un mal papel, es capaz de salvar sus líneas de diálogo pues los personajes  son planos y aburridos, quizá Sinestro se salva debido a la intensidad que transmite Mark Strong pero ya está.
Para mí, igual que para muchos otros, Green Lantern es la gran decepción debido al gran potencial de la franquicia para crear un entretenimiento sugerente y original: apenas vemos a los Green Lantern Corps en acción, no es explora ningún tema en profundidad, ausencia de épica espacial y construcciones verdes que no son especialmente memorables.
En el artículo de la deducción de trama por trailer fallé básicamente en dos frentes: 1) Hal no vuelve por el malo sino porque tiene miedo de no dar la talla como Lantern (el prota es un piltrafa total hasta que la chica lo besa, ahí acerté) y 2) los Lanterns no aparecen en el gran combate final contra el súper enemigo (craso error).
Green Lantern es una película que sólo va a gustar a aquellos aficionados que sepan valorar la fidelidad al material original, uno de los pocos valores de la película. Al resto del público va a dejar muy indiferente y aquellos que detecten algunas de las aberraciones que se han hecho sentirán verdadera lástima.