Para poder reseñar esta nueva serie del canal Showtime, me he querido esperar hasta el segundo episodio. La razón es sencilla: el piloto me gustó mucho pero me dejó un poco intranquilo en cuanto al desarrollo de los episodios siguientes. Con el segundo capítulo ya en la maleta, me siento más preparado para emitir un juicio sin miedo a retractarme en dos semanas.
El piloto de Homeland empieza con la protagonista, Carrie, una analista de la CIA, sonsacando información a un terrorista iraquí que está a punto de ser ejecutado: un prisionero de guerra ha sido convertido. Esta frase cobra importancia vital cuando un comando de las fuerzas especiales encuentra al otro gran protagonista de Homeland, el Sargento Nicholas Brody, un francotirador que fue capturado 8 años atrás. El gobierno americano lo trata como un héroe para levantar la moral de la opinión pública y no quiere oír ni una palabra sobre las oscuras teorias de Carrie. Por supuesto, la analista de la CIA, obsesiva e inestable, decide proseguir con su investigación sin ningún tipo de autorización y tras instalar cámaras y micros en el hogar de los Brody, se dedica a analizar con lupa todos y cada uno de los pasos del recién rescatado sargento.
En un primer momento, parecía que Homeland iba a basarse en los encontronazos entre los dos protagonistas (ella le acusa y él se defiende) y en la ambigüedad de las verdaderas intenciones de Nicholas (esta semana parece que es el terrorista y la siguiente parece que no). Ambas opciones han sido tratadas varias veces en el cine y, en mi opinión, no pueden mantener la trama de una serie de televisión más allá de los tres o cuatro primeros episodios pero Homeland no va por ahí. En general, los thrillers suelen tener una pregunta como foco principal de su trama: ¿Quién mató a Roger Rabbit?, ¿Cual es el secreto de Nicholas?, etcétera. En cambio, estoy convencido de que esta serie no va a funcionar así. Para que la trama, los personajes y la serie tenga sentido (espero que no consideréis esto un espoiler) Brody tiene que haber sido convertido.
El meollo de Homeland reside en la ausencia de blancos y negros y en la exploración de los complejos y sutiles matices de gris de los dos personajes protagonistas y su cohorte de secundarios. Ya en el segundo episodio, la obsesión de Carrie, "la buena", le lleva a mentir y arriesgar la vida de una de sus informantes mientras que, por otro lado, exploramos la psique torturada y deshecha de un hombre que ha pasado por mil infiernos y que de repente está de nuevo en casa.
Aún no tengo del todo claro cómo se va a desarrollar Homeland semana tras semana pero estoy casi convencido de que va a ser digno de ver. En los pasados dos episodios los guiones, dirección y actuaciones de los actores han estado a un muy buen nivel y gracias a Dexter, Showtime tiene mi confianza así que poco a poco veremos en qué queda esta ambiciosa serie.
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