martes, 22 de febrero de 2011
Being Human o mejorando lo presente
Ayer por la noche, disfruté del quinto episodio de la tercera temporada de la británica Being Human y sus creadores junto a todo el equipo se merecen un aplauso porque se marcaron un gran episodio. Lo mejor es que no se trata de un mejora puntual en la calidad de la serie sino que a pesar de ofrecer televisión como dios manda semana tras semana, llega este episodio y tienen la osadia de superarse sin esfuerzo aparente. Being Human tiene la magnífica capacidad de mezclar el drama más desgarrados, la comedia absurda y el terror sobrenatural como si estuvieran predestinados. Los guionistas omiten clichés y lugares comunes en todos los diálogos que, gracias a los grandes actores, suenan veraces y cercanos. Toda la serie rebosa calidad y está claro que sus creadores sienten pasión por el trabajo que hacen. Being Human no es una serie para emos fanáticos de los vampiros sino para aquellos cansados de tópicos y americanadas, para los que disfrutan de las conversaciones que podrían haber tenido con el vecino. Si Being Human sigue mejorando y le aumentan el presupuesto, podría acercarse peligrosamente a la dimensión HBO, ese lugar platónico donde reposan las obras maestras de la televisión.
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