El día que ví El Gran Lebowski supe que los hermanos Cohen tenían el don para crear grandes películas. Desde entonces, pocas veces me han decepcionado y ésta no es una de ellas. True Grit es una historia relativamente clásica del oeste en la que los buenos van tras los malos con la peculiaridad de la presencia de la niña, elemento fundamental en la película. Esta persecución se concreta en una serie de escenas muy bien hilvanadas, realistas, crudas y con un ese punto de ironía que los Cohen parecen adorar. Los tres personajes principales están muy bien construidos, sobretodo el de Mattie Ross, la joven decidida a encontrar al asesino de su padre, que prácticamente lleva el peso de la película. Bridges y Damon están también muy bien en sus papeles pero son roles más clásicos y menos arriesgados. Para mí, lo mejor de la película es la manera en que los personajes se relacionan entre ellos. Me cuesta definir porqué aunque diría que rezuman autenticidad y frescura. De nuevo, las conversaciones de los distintos pistoleros con la joven Mattie resultan geniales. Mattie no se arruga ante nadie y tiene muy claro su objetivo, la mezcla de respeto en el vocabulario y acidez en el tono que la actriz imprime al personaje es divertido, entretenido e interesante.
Antes de ver la película, oí que alguien había oído decir que True Grit era la mejor película de los Cohen. Yo quizá no llegaría tan lejos pues estos hermanos llenos de talento tienen grandes películas en su filmografia, pero sin duda se trata de una gran película apta, no sólo para los amantes del western sino para los amantes del buen cine.
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