Como ya he explicado otras veces, en general, mi visión de los políticos y de esta nuestra democracia está protagonizada por un creciente pesimismo, no sólo en los políticos y demás sino incluso en la sociedad. Desde hace unos días, un buen número de gente se ha reunido en varias plazas en varias ciudades españolas (y creo que el asunto se está extendiendo a otros países cual revuelta árabe) para manifestarse en contra del sistema democrático actual. Por fin, esta enésima queja está bien dirigida pero habrá que ver si surge algún efecto. El problema principal de nuestra democracia son los políticos y la ausencia de medidas de control sobre ellos, que pasan el tiempo ausentandose del parlamento, aconsejando a empresas afines, acaparando trajes, vendiendo terrenos, metiendo mano a las secretarias y todo lo que aún no sabemos.
Aún así, todavía hay un problema más amplio y es el pasotismo general de la sociedad hacia esos problemas o, lo que es peor, la aceptación y fe ciega e indestructible de algunos energúmenos hacia partidos políticos que están literalmente robando de sus bolsillos. Ahora mismo, hay mucha gente reunida en esas plazas pero todavía hay más gente sentada en el sofá viendo Gran Hermano o El Diario de Patricia.
Hablando sobre el tema, hoy un amigo me ha dicho: "Ésto es lo único que nos queda. Es ésto o violencia." Es cierto, las manifestaciones en la plaza del Sol o plaza Cataluña són el único recurso del relativamente pequeño grupo de gente consciente de que las cosas pueden ir mejor. De verdad pueden, no es broma.
viernes, 20 de mayo de 2011
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