Game of Thrones ep.7: You win or Wou die

Game of Thrones ha sido como una manada de mamuts a la que, al principio, le costó arrancar debido a la gran cantidad de masa que tienen que mover, inercia y todo eso. Pero ahora que ya está en marcha se ha convertido en una estampida imparable.
El episodio empieza con la gran presentación de Tywin, el patriarca de los Lannister, al que conocemos mientras destripa a un ciervo (símbolo de la Casa Baratheon) y da unas lecciones a Jaime, que tiene una actitud muy distinta ante su padre. Enseguida, vemos a Ned y Cersei en desembarco del Rey en una escena un tanto extraña. Ned la acusa de haber traicionado a su marido pero Cersei, impasible, no sólo admite las acusaciones sino que lo hace sin torcer el gesto ni un segundo, claramente orgullosa de lo que ha hecho.
La siguiente escena es una de las que ha recibido más críticas esta semana debido a lo que algún crítico ha decidido llamar sexposition, que es cuando algun personaje expone cierta información al espectador camuflándolo con sexo. En mi opinión, esta escena no tiene demasiada exposición pues casi todo lo que se dice ya se ha dicho antes aunque entiendo que mucha gente haya encontrado cansina la enésima escena con prostitutas despelotadas. Es una lástima, porque el monólogo de Meñique es muy bueno, sobretodo al principio cuando enseña a las putas como tienen que comportarse para engañar a sus clientes en un claro paralelismo con sus propias estrategias.
Imagino que si vuelven a poner a Theon en una escena sin acción relevante alguien acabará acuñando el término de Theoxposition también porque el pobre Theon no está teniendo muy buenas escenas ultimamente y siempre acaba quedando como un pringado en todas ellas. Es muy divertido ver al Maestre Luwin soltar las puñaladas que suelta. Osha, a pesar de las grandes críticas que está recibiendo por su interpretación, me sigue pareciendo un pelín exagerada aunque esta semana me ha gustado mucho su "they ain't sleeping no more".
Lo primero que Ned le dice a Robert en cuanto le ve postrado en la cama es "you're a damned fool" y cuanta razón tiene. El reino está al borde del colapso y la muerte del Rey no hace más que empeorarlo todo. Para variar, Mark Addy está inmenso en su papel de Robert y Ned tiene, por fín, una idea sagaz y astuta: cambiar "mi hijo Joffrey" por "mi hijo legítimo" pero como dicen los ingleses, too little too late.
En las escenas al otro lado del Mar Estrecho, me sorprende ver la naturalidad con la que Dany y Drogo hablan dothraki con total fluidez. Casi diría que el lenguaje inventado les ayuda a dar más fuerza a esas palabras que nosotros sólo leemos. Una vez más, Jorah Mormont vuelve a clavar sus escenas, en las que, sin apenas decir palabra, muestra las dudas y temores de un personaje cada vez más complejo.
Las escenas del Muro de este episodio han sido bastante cortas pero directas y eficaces. Primero, la llegada del caballa de Benjen no hace sino augurar cosas malas y luego, Jon recibe un cubo de agua fría en forma de asignación al cuerpo de mayordomos de la Guardia de la Noche. Por suerte, el bueno de Sam es más listo de lo que parece y explica a Jon cuales son las verdaderas intenciones del Lord Comandante. Gran final de escena con Sam diciendo que él siempre quiso ser un mago.
Con Robert en su lecho de muerte, empieza la penúltima ronda del Juego de Tronos. El primero en acudir a Ned es Renly, el hermano del Rey, pero Ned es demasiado honesto y noble como para seguirle la corriente. Renly propone acciones sin honor y además se salta la legitíma linea de sucesión así que Ned le cierra la puerta en los morros y Renly se da el piro. El siguiente en presentarse es Meñique que trae una propuesta pragmática como pocas: perdonar todos los insultos y vilezas para compartir el poder. Por supuesto, Meñique ya sabe que Ned no va a aceptar.
A continuación somos testigos de dos juramentos muy distintos. Primero el de Jon y Sam frente el árbol blanco de rojas hojas. Un juramento noble e inocente que augura los muchos peligros a los que tendrán que enfrentarse. Por si fuera poco, Fantasma aparece con una mano en la boca: más malos augurios. El segundo es el de Khal Drogo, un juramento salvaje y apasionado que Momoa borda completamente.
Al final llega el momento de la verdad y es evidente que Ned preferiría estar en cualquier otro lugar pero sus principios son rígidos como los huesos viejos y, ante aquellos capaces de doblar una hoja mil veces, sólo consiguen quebrarle ante la traición de Meñique y la falta de escrúpulos de todos los demás.