En 1998, Santiago Seguro sorprendió a todo el mundo con el estreno de Torrente, el brazo tonto de la ley, un retrato de la España más casposa que consiguió colarse en la lista de grandes hits españoles y cuyo gran exito ha propiciado que Santiago haya rodado otras tres películas más. Las secuelas de la gran película original no han estado a la altura ni por asomo sino que han servido un propósito económico e industrial al igual que el resto de secuelas que el cine comercial va sacando como si fueran churros. De hecho, esta última película de Torrente ha sido grabada en 3D como exigen los cánones comerciales de hoy en día. Sin tener en cuenta a la película, la industria española necesita de películas como Torrente 4, películas que lleven a la gente al cine.
Por desgracia, Torrente 4 es una chufa. Mientras que los chistes de la primera peli era zafios pero representativos, los de esta Crisis Letal son sucios y gratuitos. Segura ha intentado volver a los orígenes en esta cuarta parte en la que Torrente vuelve a ser un perdedor pero el tiempo de los gags bien apuntados ha pasado. El asunto de los cameos también está un poco pasado de rosca aunque la gran sorpresa la da Kiko Rivera quien borda un papel de tonto del pueblo al igual que ya lo hicieron Javier Cámara y Gabino Diego.
Torrente 4, como poco, sirve para demostrar que algunas películas españolas sí pueden llegar al número 1 en la lista de películas más vistas del fin de semana pero por desgracia ya no ofrece a los espectadores ese retrato que nadie quiere admitir sino las banales desventuras del Torrente más simplón. Aún así, todo sea dicho, alguna que otra risa sí que provoca.
"Vuelvete a Francia, joder."
"Soy búlgaro..."
"Ya estamos dando pena."
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