The Shadow Line es un una miniserie de siete partes producida para la BBC2 en la que tanto policías como criminales investigan un mismo asesinato. Esta serie incluye todos los elementos predecibles: un personaje extravagante, protagonistas con problemas personales, conflictos de intereses, etc...
Lo que más resalta en los 40 minutos aproximados que dura el primer episodio es el alto porcentaje de diálogo; en el primer episodio no hay apenas ninguna otra acción más allá de la conversación y eso le otorga un aire extraño. Probablemente sea sencillamente las esencias europeas brillando por contraste contra la espectacularidad americana.
The Shadow Line tampoco es una serie fácil. Siguiendo los pasos de las estrellas de la HBO, los guionistas británicos de esta serie no explican quién es cada personaje, ni sus motivaciones ni sus miedos. A pesar de todo, en The Shadow Line no se aprecian esos sutiles detalles que disparan la alarma de clásico instántaneo, esas enormes pequeñas cosas que señalaban a Los Soprano o The Wire como ineludibles incluso en su primer capítulo. Aún así, creo que le daré un par de capítulos más de prueba. A ver qué hace con ellos.
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