lunes, 7 de mayo de 2012

Iglesia y Estado parte I: Los delirios de la grandeza de Cerebus

Tras Alta Sociedad, donde Dave Sim se decide a destripar el sistema electoral y político usando el humor como afilada arma arrojadiza y a Cerebus, su cerdo hormiguero, como portavoz de muchas de sus opiniones, el artista canadiense parece centrarse en la religión y las estructuras que las mantienen y representan en el día a día con Iglesia y Estado. Digo que parece pues este tomo es mucho menos centrado que el anterior y contiene más "ficción" y menos "crítica".
En Iglesia y Estado, Cerebus está escribiendo sus memorias después de su breve flirteo con la posición de Primer Ministro cuando otras figuras poderosas vuelven a meterle en los engranajes del poder. Esta vez, Cerebus acaba convirtiéndose en el Papa de la Iglesia mayoritaria de la ciudad, un Papa avaricioso y cabrón que pide las monedas de oro de todos los creyentes que quieran evitar el Fin del Mundo.
Sim parece jugar a la confusión con el lector pues unas veces empieza a desgranar los mecanismos de la religión, luego se dedica analizar las relaciones entre el poder político y el religioso, un poco más allá, abandona toda crítica para ahondar en el poder creador de las creencias de la masa humana. Además de eso, como no podía faltar, Sim rellena cada hueco posible con pequeños experimentos formales y humorísticos que resultan muy interesantes y que, en mi opinión, son lo mejor de este tomo.
El desenfoque en la parte argumental es la que resta puntos al disfrute global de una obra ligeramente menor que el anterior arco, al menos en este primer tomo.

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