domingo, 22 de abril de 2012

The Hunger Games: conceptos light para todos los públicos

Hace poco, me encontré con una película que había fracasado caprichosamente en la taquilla a pesar de mantener lo estándares clásicos de los blockbusters yanquis. Esta vez, se trata del caso contrario: The Hunger Games, una película que me pareció muy normalita pero que ha recibido una calurosa bienvenida por parte de los espectadores.
Como me suele pasar con tantas adaptaciones que pueblan las salas hoy en día, he visto este film sin haber leído las novelas originales que tanto éxito han tenido. The Hunger Games está ambientada en un futuro distópico donde los antiguos USA han sido divididos en 12 distritos en los que la pobreza y el hambre campan a sus anchas. El gobierno central realiza anualmente un juego letal en el que dos jóvenes de cada distrito tienen que luchar a muerte hasta que sólo quede uno como medida de represión y castigo por una rebelión del pasado. Los juegos, que son televisados en todos los distritos, están acompañados por una serie de galas y presentaciones al estilo reality show. La protagonista es Katniss Everdeen, una chica que se presenta voluntaria para salvar a su hermana y que conseguirá "pervertir" la función de los juegos.
Como se puede notar en el resumen, The Hunger Games mezcla conceptos de obras tan conocidas como Battle Royale, 1984 y la pasión contemporánea por los realitys. Aunque esta mezcla ha sido un poco criticada, personalmente no tengo nada en contra per sé pero en este caso, al menos en la película, la amalgama de ideas hace que queden diluidas y con poca fuerza. Sospecho que en la novela de Suzanne Collins, todas estas ideas se exploran en mayor profundida pero en la película, a pesar de sus dos horas y pico de duración, no hay tiempo para todo. A pesar de eso, la película tiene todos los ingredientes para una éxito de taquilla pero le falta madurez y valentía para tratar ciertos temas para ser un peliculón. El ansía de hacer una película para todos los públicos desenfoca ciertos aspectos tan prominentes como la terrible muerte de 22 jóvenes o el disfrute que el distrito rico consigue de esas muertes.
La búsqueda de un nuevo director para la segunda parte ya está en marcha (o casi acabada) así que esto tiene pinta que acabará en una trilogia superventas con poca chicha real y mucha apariencia. Para qué negarlo, este estereotipo de película suele triunfar mucho en Hollywood.

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