Antes de nada, tengo que confesar que no vi esta película en mis plenas facultades sino tras una larguísima noche de fallas pero igual que me pasó con Mr. y Mrs. Smith, me llevé una bonita sopresa con esta película. La ví porque soy un gran aficionado al Paintball pero esperaba ver una película de terror con muy pocos alicientes extras. En este caso, el guión es una mera excusa y no tiene nada de especial, ni sobresale ni desanima. La historia se centra en un pequeño grupo de desconocidos que van a jugar una partida de Paintball hardcore en el bosque pero pronto se dan cuenta de que están siendo cazados como parte de un maquiavélico juego. Como podéis ver, la trama es tan típica como puede llegar a serlo.
Por otro lado, la dirección y la fotografía están muy bien, tienen una identidad propia cargada de planos generales y juegos con la cámara térmica del asesino. Generalmente, si el guión de la película no es bueno, enseguida pierdo el interés, pero en este caso, la dirección me mantuvo entretenido e intrigado por ver cómo el director iba a resolver las diferentes situaciones y sobretodo, las muertes de los personajes. En fin, lo que parecía una película de serie B que intenta aprovechar el tirón del Paintball ha resultado ser un inteligente ejercicio de dirección en el género del terror.
En cuanto al Paintball en sí mismo, a excepción del tipo con las dos pistolas, no está mal recreado pero tampoco sirve como ejemplo de lo que es realmente el Paintball.
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