lunes, 3 de mayo de 2010

Kick Ass: Seguimos con los superhéroes

Creo que es la segunda vez que lo hago, uno de esos crímenes intelectuales que algunos jamás podrían perdonarme, pero en fín. El pecado es haber visto la adaptación antes de leer el original. Creo que la primera vez que lo hice fue hace muchos años con la Casa de los Espiritus de Allende y la verdad es que, cuando leí el libro me gustó más de lo que me había gustado la película.
Esta vez lo he vuelto a hacer con Kick-Ass, a pesar de que el cómic ya está en las tiendas he visto primero la película y claro, ahora no tengo tan claro que vaya a leer el cómic pronto. La diferencia entre La Casa de los Espíritus y Kick-Ass es que presupongo que en la segunda no se han dejado tantas cosas en el tintero.
Cualquiera que siga las noticias del mundo del cine se habrá dado cuenta que los superhéroes están de moda y Kick Ass pretende ser un vistazo divertido y gamberro sobre el tema de superhérores en el mundo real.
La película es muy entretenida, sorprendente y además está bien escrita. Al princio pensaba que Kick Ass iba a tomarse más en serio a sí misma y que iba a hacer una leve disección de lo que pasaría si hubiese gente que se pusiera un disfraz para ir a luchar contra maleantes; pero no, eso es más bien el punto de inicio y a partir de ahí, se teje una trama típicamente superheroica con personajes sin poderes, mucha agresividad y un disfraz de colores.
Comparar Defendor y KickAss se me antoja difícil. Ambas están muy bien escritas y combinan elementos muy parecidos. La diferencia reside en la moraleja o el tono de la historia; mientras en Defendor se aplaude la intención de hacer el bien, KickAss es más parodia salvaje y gamberra. En todo caso, ambas son muy buenas películas y, a pesar de tratar el poco apreciado género de los superhéroes, las recomendaría a todos los que disfruten de las comedias amargas.

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