jueves, 15 de diciembre de 2011

Informe de estado televisivo prevacacional

Parte de la culpa por la falta de artículos diarios en este blog recae en el Skyrim, cuya presa sobre se está relajando. Otro tanto por cien de esa culpa dividida tiene que ver con mi escapada a Valencia en pocos días para ejercer por segunda vez en mi vida de coordinador en unos campamentos.
A pesar de todo, he decidido escribir un último artículo antes de irme para comentar el estado de las series de televisión que estoy siguiendo ahora mismo así que vamos al turrón.
TERRA NOVA: No surprises here. Desde el piloto, la serie se ha desarrollado exactamente como predije, a base de episodios autoconclusivos que, a su vez, han desvelado lentamente los componentes de una trama principal un pelín floja. A estas alturas, sólo un milagro podría reencauzar esta serie en algo realmente digno de ver. Personalmente, dudo mucho que ese milagro suceda, pero como hay dinosaurios pues ahí sigo.
HELL ON WHEELS: Evidentemente, HoW sigue muy lejos de Deadwood y sus posibilidades de alcanzarla son más bien escasas. Aún así, este western está apuntando maneras y pese a no llegar a los niveles de excelencia de Deadwood, Hell on Wheels es una serie muy entretenida y única en su género en televisión.
HOMELAND: Sin duda, la mejor serie de televisión del momento, Homeland sorprendió a propios y extraños con unos primeros episodios de alta calidad que desafiaron todas las espectativas que uno pudiera tener. Ahora, a un episodio del final de la primera temporada, parece que nuestras oraciones han sido escuchadas pues nos encontramos ante una de las mejores producciones del género en mucho tiempo. En todos estos episodios, Homeland ha tenido tiempo de bascular levemente y dar algún mal paso pero, en general, no ha dejado de sorprender con sus tramas y maravillar con sus personajes, muy bien construidos y mejor interpretados. En fin, si tienes que escoger sólo una serie más, no lo dudes, Homeland.
BOARDWALK EMPIRE: Nada ha cambiado en Boardwalk Empire. Productores, directores, guionistas, actores y demás elementos que convierten esta serie en realidad, todos ellos hacen un gran trabajo en la última serie original de la HBO. Aún así, como ya he comentado en otras ocasiones, hay algo que falla. Un pequeño mecanismo conectado a el resto de los engranajes que no me deja engancharme y apasionarme como otras veces me ha pasado con otras originales de la HBO. Lo que me jode, es que aún no he identificado completamente el pequeño mecanismo averiado.
ONCE UPON A TIME: Justamente el último episodio de esta serie fantástica fue uno de los mejores de lo que va de temporada pues por fin se atrevieron a lanzarse de cabeza al meollo propuesto por la premisa inicial: un personaje secundario empezó a recordar su "otra vida" y pagó muy caras las consecuencias. Once upon a time pretende ser el próximo bombazo televisivo pero me temo que a pesar de ser entretenida e interesante, le faltan un par de elementos clave para acabar de enganchar a todos esos espectadores que se sientan a disfrutar de la serie sin acabar de sumergirse por completo es su propuesta.
DEXTER:  Se conoce que un episodio malo de Dexter es generalmente mejor que la mayoría de episodios de la mayoría de series. Así, aunque siempre es un placer ver a Michael C. Hall en pantalla, esta temporada es la más floja hasta la fecha. Imagino que tras 6 temporadas, es fácil caer en la tentación de los simples trucos y tropezar en piedras que ya habían sido salvadas. Por suerte, Dexter es Dexter.
MISFITS: Llenar los zapatos de Nathan no es tarea fácil pero no podemos achacar el descenso en calidad y diversión a Rudy, quien tiene sus momentos, sino al muy común síndrome de la repetición que ataca a toda serie de episodios autoconclusivos con un freak semanal. Misfits tiene que ser valiente y dar el salto al formato serial. Mientras no lo hagan, muchos de sus episodios parecerán forzados y maniqueos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Fright Night o el moderno vampiro clásico

Una vez más acometo el comentario de un remake sin haber visto la película original pero teniendo en cuenta el clásico argumento que dice que cada película debe sostenerse por si misma, me encuentro en la posición ideal para opinar sobre Fright Night sin verme condicionado por la brillantez de la película original o su ausencia.
Fright Night cuena la historia de un chaval que descubre que su vecino es en realidad un terrible vampiro asesino. A contrareloj, el protagonista deberá poner a su madre y novia a salvo, conseguir la ayuda de un supuesto especialista y trazar el arriesgado plan que acabe con su vecino de pesadilla.
La película pertenece a ese género que mezcla comedia con terror y que en este caso sirve para devaluar ambas propuestas de manera que ni hay muchas carcajadas ni muchos sustos. Sólo un poquito de cada.
Lo que más me ha gustado de la película es ese tono a relato clásico modernizado. La trama de la película es similar a tantas otras pelis de vampiros en blanco y negro e incluso el final resuena con los ecos de miles y miles de chupasangres, sus criptas secretas, sus seguidores y sus clásicas debilidades.
Aparte de este efecto melancolía y del tirón mediático de Colin Farrell, Fright Night no tiene mucho que ofrecer, otra sencilla oferta de cine entretenimiento diseñada específicamente para atraer a teenagers varios durante el fin de semana.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Real Steel o el Rocky de los metales blandos

Real Steel, una de las últimas películas del taquillero Hugh Jackman es una especie de adaptación de Rocky aumentando la cantidad de decibelios gracias a la substitución boxeadores por robots boxeadores y reduciendo la complejidad e interés en el resto de campos. Incluso la trama, de boxeador en horas bajas a retar al campeón, se sucede prácticamente igual que en la mejor película de Stallone, añadiendo solamente la relación padre-hijo que sustituye la historia de amor de Rocky. No nos equivoquemos, la historia de amor está, de ahí el "añadiendo", pero es uno de esos complementos clásicos de Hollywood y sigue tan vacío como siempre.
El único aspecto que ha mejorado es la espectacularidad pues los combates entre los diferentes merchandising, perdón, digo robots boxeadores, tienen el sello de calidad técnico también clásico en las grandes producciones. Lo del merchandising tiene su coña porque durante la película ves más a menudo, el logo de HP, ordenadores y tal, que el de Real Steel, el nombre del famosísimo torneo de robots boxeadores que da nombre a la película. Por otro lado, actores hacen lo que pueden y el niño tiene su gracia pero los papeles son meros figurines y no dan para más.
Tras haber leído varias veces seguidas lo de robots boxeadores seguro que la combinación de palabras empieza a sonarte rara. Es normal, lo de los robots boxeadores es digno de un cómic de El Bruto y aunque la película consigue que te lo tomes más o menos en serio, enseguida queda claro que Real Steel no pretende más que entretener con sus combates llenos de CGI. Por un momento parece que director y guionistas se plantearon abordar el tema típico de ciencia-ficción sobre robots que adquieren consciencia pero al final todo se queda en la imitación de los movimientos. Imagino que eso hubiera quitado protagonismo a Hugh.
En fin, entretenimiento palomitero para noches de domingo 100% sin adulterar. Aquellos con fobias o alergias, se pueden ir retirando.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Némesis: con el escándalo por bandera

Recientemente, he leído el famoso Némesis de Mark Millar. Su celebridad, más allá de la propia fama que ostenta el autor, se debe a una declaraciones un tanto polémicas que emparentaron al personaje de nuevo cuño con Batman y el Joker, nada más y nada menos. Hay que admitir que la premisa del cómic y personaje homónimo se podría resumir tal y como él lo hizo: ¿Qué pasaría si Batman fuera el Joker? O lo que es lo mismo, vamos a crear a un personaje tan rico y con tantos recursos y habilidades como Batman con la mentalidad psicópata de los más viles villanos. De hecho, los paralelismos con Batman se suceden uno tras otro.
El resultado es un cómic que prefiere sorprender y escandalizar a sus lectores para generar una lectura entretenida, que lo es, antes que explorar cualquier faceta más compleja que pueda surgir de la premisa establecida. Némesis es un hijo de su padre, Millar, quien ya puso a un villano como protagonista en Wanted, así que no esperaba más que lo que he encontrado, una lectura adecuada para pasar el rato y que permite disfrutar del espléndido arte de McNiven que sólo flojea en pocas viñetas aunque casi siempre sea con los rostros de los personajes.
Los seguidores de Millar seguro disfrutarán de este cómic y aquellos prejuiciosos que digan que los cómics son para niños alucinarán con algunos de los momentos de Némesis. El resto pueden disfrutarlo a aborrecerlo según costumbres y aficiones varias. Lo que está claro es que a estas alturas, uno ya sabe lo que va a encontrarse.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Kiss Kiss Bang Bang: el humor es más fuerte que la tragedia

Kiss Kiss Bang Bang sería una película de cine negro con todos sus ingredientes: narrador en off, tragedias, perdedores, chicas guapas, violencia, muerte... si no fuese por el profundo baño de comedia que lo impregna y cambia todo.
Esta película, escrita y dirigida por Shane Black, cuenta la historia de Harry (Robert Downey Jr.), un ladrón de poca monta que, tras un giro del destino, se encuentra en Los Ángeles a punto de convertirse en el próximo actor estrella hasta que presencia un asesinato en compañía de un detective privado gay (Val Kilmer). La aparición del amor de su infancia y su relación con el caso no hará más que complicar las cosas para el pobre Harry. Como he dicho, la trama es una clásica y elaborada trama de misterio típica del cine negro.
Aparte de la trama y de algunas características como el narrador en off, el resto de elementos de la película no pertenecen al género negro sino a la comedia negra con toques de metaficción en tanto que el protagonista se dirige al espectador en varios momentos. Curiosamente, Shane Black consigue que esta mezcla de comedia negra funcione muy bien en el marco del cine negro, gracias a las interpretaciones de Downey y Kilmer que bordan sus respectivos papeles. Kiss Kiss Bang Bang es una apuesta arriesgada que funciona mejor de lo que parece y que entretiene sin resultar estúpida ni engreída. Hoy en día, eso es una hazaña nada desdeñable.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Bunraku o un cuento de acción

Mezclar el spaguetti western con las películas de samurais no es un alarde de originalidad pues esa combinación ya se ha ejecutado en sus muchas formas: por inspiración (Los 7 samurais - Los 7 magníficos) o directamente por fusión (Sukiyaki Western Django o The Warrior's Way). Bunraku pertenece a este segundo grupo de películas y está muy próxima a Sukiyaki en concepto y estilo.
La historia de Bunraku es sencilla pues no es más que un marco en el que encajar el resto de elementos. Un misterioso cowboy y un honorable samurai llegan a una ciudad controlada por una banda de maleantes al servicio del Leñador, jefe mafioso local, en un mundo en el que tras una terrible guerra, las armas de fuego han sido prohibidas. Gracias al Barman, ambos personajes asaban por encontrarse y unen sus fuerzas para acabar con el Leñador. Como veis, es la clásica historia del forastero(s) que llega para salvar el pueblo del malo de turno.
El resto de elementos que he mencionado antes compone una larga lista de inspiraciones, homenajes y filias varias que el director y guionista Guy Moshe ha querido plasmar en la película y que van desde el curioso e interesante apartado artístico (la ciudad, localizaciones, escenarios y transiciones tienen un look inspirado en el papier-mâché utilizado en el bunraku, un tipo de teatro de marionetas japonés) hasta las muchas y variadas secuencias de acción (¡el plano secuencia del asalto a la prisión con musiquita de videojuego mola!). La cantidad y heterogeneidad de estos elementos hace que algunos de ellos, como la presencia de una supuesta Femme Fatale o algunos diálogos llenos de filosofía barata, se diluyan y pierdan fuerza pero, en general, sirven para componer un cuadro pintoresco que entretiene en casi todas sus escenas.
A Bunraku le faltan varios hervidos para convertirse en una de esas películas de acción cuya calidad es indiscutible incluso entre los detractores del género pero no deja de ser una apuesta interesante y de mayor calidad que la mayoría de chuscos con los que suelen agraciarnos los que se dedican a las películas de acción.