The Warrior's Way es una de esas películas planificadas por los productores desde sus opulentos despachos como si se tratara de una receta de cocina: "Vale, ya lo tenemos: ninjas versus cowboys + estrella koreana + estrella yanqui + chica guapa + cámara lenta a gogo = taquillazo". En fin, no sé si TWW ha sido un taquillazo o no, pero este tipo de películas tienen su público. Teniendo en cuenta toda esta información, aún sorprende que la película tenga algún buen momento, pero los tiene y al menos, le queda la dignidad suficiente para no darnos el típico final feliz. La trama resulta evidente desde el primer momento y por ese lado, no hay sorpresas: el asesino que se vuelve contra su clan y huye bien lejos, donde por culpa de otros villanos, los primeros acabarán encontrándole. Añade a la mezcla la relación romántica con la chica, los flashbacks sobre los trágicos pasados y la ayuda de un par de pintorescos secundarios y ya tenemos el guión de la película.
Las felices sorpresas residen en las coreografias de las peleas, algunos momentos de la dirección de fotografia (que parece haberse inspirado en "Lo que el viento se llevó") y en general el tono pausado que el director (sur-koreano también) aplica a muchos momentos de la historia.
Evidentemente, The Warrior's Way es cine palomitero al 100% y ni siquiera dentro de esa amplísima categoría resalta especialmente pero si hace 25 años te gustó la serie Kung-Fu de David Carradine, pues igual te entretienes un buen rato con esta película.
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