Mis Historias: Mano Dormida

Hoy toca otro relato brevísimo del que estoy bastante orgulloso a pesar del tiempo transcurrido. No necesita mucha explicación así que no voy a darla, es sólo una idea, un pensamiento elaborado. Pienso que el hecho de tener que descargar el archivo de otra página distinta de ésta puede haber provocado la total ausencia de comentarios por las 4 personas que se han descargado el cuento. :-P En fin, esta vez, puedes leerlo aquí, en vivo y en directo.

Mano Dormida

Acosado por sueños incursores, caí profundamente en el reino de Morfeo. Dormí retorcido y tortuoso, bajo la luz de la luna. Cuando desperté, aun encogido y tembloroso, tenía la mano dormida, insensible. Y pensé que así era la muerte. Vacía de sentido y emociones y sensibilidad. Mi mano quedaba olvidada, a la merced de elementos. Meciéndose sin resistencia en la brisa de la mañana. Asustada, por no ser, por no existir. Recordando, los últimos instantes, en que asfixiada había dejado de sentir la sangre latiendo en su interior. Antes viva, oyendo ahora el llanto de todas las cosas que mueren, confundiéndolo con el suyo propio. Vencida por la gravedad, como un colgajo de carne muerta. Entonces empecé a sentir un hormigueo. Y pensé que así era la vida. Un intenso hormigueo que recorre toda la mano dando vida allí donde no había. Un cosquilleo que resulta curioso, extraño, a veces doloroso. Como si tuvieses que volver a aprender a mover los dedos, con extrema dificultad. Un dulce y espinoso manto que envuelve y se introduce dentro de mi mano despertando con pellizcos cada célula.