OZ : Death is Certain, Life is Not

¡Alabada sea la HBO! Sin duda alguna, este canal privado norteamericano tiene el gran honor de ser el hogar de las mejores series de televisión de los últimos tiempos. En HomeBoxOffice se ha emitido la joya de la corona, el diamante más grande del mundo, The Wire; también se puede colgar la medalla de Six Feet Under y bajo su ala han crecido personajes de la talla de Al Swearengen y Tony Soprano. Carnivale, Generation Kill, Band of Brothers, etcétera. La lista es muy larga y hoy añado una nueva serie a esa magna lista: Oz.
Oz cuenta la historia de un sector especial, la Ciudad Esmeralda, dentro de una cárcel de alta seguridad llamada Oswald, apodada Oz con cariño. ¿Qué os puedo contar? Oz tiene el sello de calidad de HBO y eso implica varias cosas: grandes personajes, diferenciados y desarrollados con genialidad; tramas duras, realistas e intensas; diálogos verosímiles y esa pizca de innovación y originalidad que toda serie necesita.
Esa pizca se traduce en Oz en una escenas oníricas y surrealistas en las que el narrador, uno de los propios presos encarnado por el Michael de Lost (también está Mr. Eko, los dos brillantes), se dedica a repasar los sucesos, hacer cínicos comentarios y presentar a nuevos personajes.
En fin, otra serie de 5 estrellas que cualquier aficionado a las series de calidad no puede dejar pasar. El título del post aparece en uno de los últimos capítulos que he visto, a media primera temporada, y es un mensaje que dejó un preso del corredor de la muerte tras esperar casi 20 años a que lo llevaran a la silla eléctrica. De eso trata Oz, de la vida en la cárcel o lo que es lo mismo, la ausencia de ella.