Northlanders es una serie de Vertigo que, como muchas otras, ya ha sido condenada por la falta de lectores. Brian Wood, su creador, guionista y máximo responsable ha confirmado la cancelación de la serie en el número 50, es decir, probablemente en el tomo 7. Siempre es triste ver marchar a una serie Vertigo pero honestamente, Nothlanders no ha llegado a las cuotas de calidad que se esperaba y Metal, el quinto tomo de la colección, no es una excepción.
Este tomo incluye tres historias: dos historias cortas y autoconclusivas al principio y final del cómic más la historia central que da nombre al volúmen. Las dos historias cortas no están mal para lo que son aunque tampoco consiguen resultar espectaculares ni especialmente emotivas en su desarrollo. La primera cuenta la historia de un vikingo enajenado que lleva a la tripulación de su barco hasta las costas de Groenlandia y la segunda trata de un eremita que encuentra el cadáver de una joven en el hielo e intenta desentrañar el misterio de su muerte.
La historia central del quinto tomo de Northlanders trata sobre la invasión cristiana en terreno vikingo. Un herrero con un profundo odio hacia los cristianos decide iniciar una sangrienta campaña para expulsar a los cristianos de su tierra junto a una joven que rescata de sus garras. Mi mayor problema con Metal es la falta de claridad en algunas de sus escenas aunque es muy posible que se trate de una elección deliberada para provocar una sensación de confusión y crear un ambiente onírico que encaja perfectamente con la recta final del relato. Aún así, no es este detalle el que menoscaba el cómic sino la falta de impacto y fuerza en todas las partes de la historia. No sabría identificar los elementos singulares que fallan o que no funcionan correctamente pero la sensación global que he tenido tras leer este cómic es que pasa sin pena ni gloria.
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