El Misterio de Lost

La primera vez que vi Lost fue en TVE casi por casualidad. La trama de los primeros episodios me enganchó rápidamente y empecé a informarme. Fue entonces cuando descubrí el apasionante mundo de las series de televisión: aprendí a buscar los episodios por internet, los subtítulos, las páginas de debate... En esa época, mi adolescencia televisiva (mi infancia la componen MacGuyver y el Equipo A y la fase adulta se la debo a HBO), me tragué del tirón Twin Peaks, de la que ya hablaré un día de estos, y engullí todos los episodios que ya se habían emitido en los USA de Lost. Recuerdo perfectamente estar en la cama, que acabase un episodio y ponerme otro a pesar de que ya estaba saliendo el sol.
También recuerdo sin problemas, y eso que tengo memoria de pez, el capítulo que me hizo saltar y que marcó el inicio de mi amor incondicional por Lost: "Numbers". ¡Qué final! Hasta ese episodio habían pasado ya muchas cosas, pero cuando vi que los números que perseguían a Hurley (¡un personaje gordo en televisión!) estaban grabados en la escotilla... eso fue definitivo.
Desde esa primera temporada, han pasado muchas cosas y la serie, como no podía ser de otra manera, ha cambiado bastante: el ritmo se ha acelerado, el desarrollo de personajes ha quedado en segundo término, ahora hay más acción y más tiroteos, los personajes se cruzan la isla en dos pasos... Además en el transcurso de estas 5 temporadas, he visto otras series de más "calidad" (¡Larga vida a HBO!) y cada vez soy más consciente de esas pequeñas cosas que no me gustan pero, a la vez, soy perfectamente capaz de obviarlas, dejar que esas escenas menos logradas me resbalen, para seguir disfrutando de la intriga.
Para mí, por mucho que digan los productores o escritores, el verdadero motor de Lost ha sido siempre el misterio y la intriga. No quiero menospreciar a los personajes ni mucho menos. De hecho, me sorprendió la variedad y el atractivo que tenían todos ellos: si hasta había un protagonista iraquí 3 años después del 11S. Me gustó la calidad de la producción, que no se tratara al espectador como a un tontaina, las referencias literarias y culturales, el detallado mundo lleno de empresas y productos ficticios... pero lo que me mantenía fielmente enganchado era el misterio. La gestión de la intriga y de la información en Lost es genial y ha enseñado a un montón de gente a analizar los capítulos fotograma a fotograma porque incluso los pequeños detalles escondían sorpresas o revelaciones que deseábamos devorar. Esos detalles son hilos que, a medida que avanza la trama, se hilvanan unos con otros, para concretar una imagen mayor. Existe un gran debate sobre la antelación con la que los guionistas tenían preparada la trama; también tengo curiosidad por saberlo e imagino que cuando acabe la serie, con el tiempo, Lindelof y Cuse acabarán confesando. Pero mientras, mi percepción es que las tramas están muy bien tejidas.
Bueno, voy a cortar el rollo, que ya está todo dicho. Tendremos que esperar hasta 2010 para conocer los entresijos del estrato más alto de la mitología de Lost: Jacob y el Enemigo; y para averiguar como acaba la historia de nuestros queridos Losties, que nos han acompañado en este viaje lleno de incógnitas y misterios.