jueves, 21 de mayo de 2009

Quotidania Delirante de Miguelanxo Prado: Nuestro pan de cada dia.


Cuando cogí el tomo verde de la biblioteca, vi las ilustraciones de las tapas y leí el pequeño resumen de la contraportada me hice una idea equivocada de lo que me iba a encontrar. La sinopsis comercial dice: "Las historias cortas de la serie Quotidanía Delirante son un ejemplo de la visión irónica y algo surrealista que tiene Miguelanxo Prado del mundo". No sé porque me quedé con la palabra surrealista. Luego, el prólogo de Paco Ignacio Taibo II, dejó caer que para lo que otros era humor absurdo para él era realismo social. Tras leer la obra completa le quiero dar toda la razón.
Es cierto que hay algunas de las historias que tienen claros tintes surrealistas como la primera con los dinos, pero el tono general tiene menos que ver con el humor absurdo y surrealista de los Monty Python y muchos más parecidos con el humor ácido y mordaz de Forges. La mayoría de los cuentecitos que Prado destilan crítica social por todos los poros; algunos son más sutiles mientras otros son muy descarados. De hecho, algunas de las historias se sienten tan cercanas que da hasta rabia leerlas, porque es inevitable pensar: "Joder, eso me ha pasado". Algunas de las historietas que más me han gustado son: Pensión Social, ¡Todo por 3 lorchos!, Juicios, Tino y Clotilde, Niños prodigio, El recibo de la luz, Plantita...
En el apartado gráfico, ¿qué hay que decir?, Miguelanxo es un gran artista. En Quotidianía Delirante, no hace uso de grandes artificios ni composiciones extrañas, sino que tiene una estructura de 3 o 4 páginas por cuento, con 3 filas cada página y 2 o 3 viñetas por fila. Este forma tan tradicional facilita la lectura y permite centrarse en el contenido. Personalmente, lo que más me atrae de su estilo es la increíble capacidad para retratar gestos y expresiones. Las caras de sus personajes hablan tanto que apenas hace falta leerse los diálogos.
En conclusión, merece mucho la pena y si tenéis la suerte de encontrar esta gran obra en una biblioteca (como yo), no dejéis pasar la oportunidad, vuestro cerebro os lo agradecerá.

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