jueves, 17 de noviembre de 2011

Un Mundo Feliz o un Huxley pesimista

Este es uno de esos artículos que he estado posponiendo sin ninguna razón sólida así que ya toca quitárselo de encima. Un Mundo Feliz es la quinta novela de Aldous Huxley y junto con "1984" de George Orwell es la novela distópica por antonomasia. De hecho, ambas novelas son la máxima representación de las dos corrientes de pensamiento más habituales en el desarrollo de futuros distópicos. Mientras Orwell teme el poder y autoridad de los gobiernos para arrebatarnos nuestra libertad, la pesadilla de Huxley consiste en una sociedad que voluntariamente sacrifica su libertad a cambio de una felicidad moderada, vacía y artificialmente estable.
Aunque la novela de Orwell en su día me impactó más que la de Huxley, ahora me parece que Un Mundo Feliz es un retrato mucho más terrorífico y más cercano a la realidad.
Un Mundo Feliz narra la historia de Bernard Marx, un individuo que empieza a cuestionar los pilares sobre los que se ha construida esta sociedad ideal en la que todo el mundo es feliz. Sus dudas le llevarán a viajar hasta una reserva dónde los humanos que todavía se reproducen de manera natural viven como si fueran cavernícolas. Allí descubrirá a un joven nacido entre los dos mundos que se convertirá en una celebridad en el mundo industrializado donde Ford es adorado como si fuera Dios.
El estilo literario de Huxley es curioso y un poco complicado. Como muchos otros autores, hay innumerables referencias que hacen de su mundo un lugar más realista y verosímil pero que pueden complicar la lectura debido a la gran cantidad de conceptos técnicos y nombres inventados. Por otra parte, Huxley desafía constantemente las espectativas del lector: los personajes casi nunca hacen lo que uno espera y no se comportan como los héroes o protagonistas de la mayoría de historias. Sobretodo en la parte final de la novela, intentaba adivinar lo que iba a suceder a continuación para verme equivocado en cada página. También hay que decir que teniendo en cuenta el triste, excéntrico (me recordó al final de El Perfume de Süskind) y pesimista, es más que natural ser incapaz de predecirlo.
Un Mundo Feliz está repleto de poderosas imágenes pero sin duda, el tramo que más me sorprendió es ese inicio de novela en la que Huxley describe como son "cultivados" los humanos en este mundo suyo. Los embriones, en lugar de estar en la barriga de la madre, viajan en tarros por cintas transportadoras que se mueven con extrema lentitud. Día tras día, los tarros recorren diferentes tramos de cinta en los que se suceden diferentes procesos bioquímicos diseñados para definir con total exactitud las características físicas y mentales del sujeto que va a surgir del tarro. Excelente y turbadora visión.

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