Heavy Liquid es una de las obras más reconocidas de la primera etapa del gran Paul Pope en Dark Horse Comics y una historia voluble que cambia de forma a medida que avanza. Pope tiene un estilo gráfico único que se adecua perfectamente al género que más le gusta abordar: la ciencia-ficción con un poquito de cyberpunk. De trazo violento, grueso, con abundantes líneas de acción y una composición sin excesivas estridencias. Para variar, yo estoy más interesado en la parte argumental de Heavy Liquid.
La historia empieza con un detective adicto a un sustancia extraña (Heavy Liquid refinado) huyendo de unos mafiosos, estilo hard-boiled. Enseguida, el detective recibe el encargo de encontrar a una famosa escultura que fue su amante en el pasado, cine negro más clásico. En medio de todo, salpicando al relato principal, hay varias secuencias de acción a la carrera con personajes variopintos y delirantes como gángsters con máscaras cubistas, cultos pseudo-religiosos de niñas asesinas y agentes del gobierno cibernéticos. En la recta final, el encuentro del detective y la escultora y el posterior descubrimiento sobre la verdadera naturaleza del Heavy Liquid da paso a un momento de reflexión, una pausa para meditar en el amor, la necesidad, la memoria y la identidad.
Tengo que admitir que me he quedado con una sensación extraña al leer Heavy Liquid, como si Paul Pope hubiera escondido entre sus páginas, un secreto que intuyo, que puedo oler pero que no he sido capaz de desentrañar completamente. Pero aún así, lo he disfrutado ampliamente y espero cruzarme con otro cómic de Paul Pope. Y si es de ciencia-ficción, mejor.
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