The Informant es una comedia en la línea de "Men who stared at goats" no sólo por lo de "basada en hechos reales" sino por el tipo de humor, alejado del gag y más cercano al surrealismo de la vida diaria. The Informant trata sobre un ejecutivo en una importante empresa de maiz que decide destapar una conspiración para establecer los precios junto con sus competidoras internacionales. Es una historia de espías con personajes comunes y cotidianos, nada de James Bonds o agentes súper entrenados.
Matt Damon hace un muy buen trabajo interpretando a un hombre lleno de dudas pero capaz de una serenidad alarmante, uno de esos tontos que no sabes si se lo hace o es así de burro. La confusión es un elemento primordial, no solo en la construcción del protagonista, sino en toda la trama. Durante la primera media hora de la película es imposible saber con seguridad quién está engañando a quién ni porqué y, aunque poco a poco la trama se va aclarando, siempre, hasta la última secuencia, te quedas con la duda sobre las verdaderas intenciones de Whitacre, el protagonista, y sobre sus actividades criminales.
Steven Soderbergh hace un genial trabajo de dirección que sumado a un guión inteligente y divertido, dan forma a una muy buena película. El título del post tiene que ver con la forma en la que se desarrolla la trama más que con la trama en sí. Todos sabemos que las grandes empresas hacen sus trapicheos para ser más grandes aún, pero si hemos de dar validez al "basada en hechos reales", la manera en la que los grandes empresarios realizan sus tejemanejes está más cerca de "El gran Lebowski" que de "El mito de Bourne". Y es que ya lo he dicho a menudo. Todas las cosas se hacen como el culo, hasta delinquir.
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