Sagas

Como muchos otros, la primera saga épica que leí fue El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien y decir que me entusiasmó es quedarse corto. Esos maravillosos tres vólumenes tuvieron una gran influencia en mi y son una de las razones por las que hago lo que hago. Esa saga me llevó a buscar otras sagas parecidas, como Leyendas de la Dragonlance, pero nunca fue lo mismo. Unos cuantos años más tarde, descubrí al buen Capitán Alatriste, pero debido al gran tiempo de espera entre un libro y otro, la lectura de las aventuras de ese hombre valiente no ha provocado en mí las misma emociones que sentí con ESdlA. En cambio, devoré los cinco libros de La Saga de la Fundación de Isaac Asimov como un caníbal muerto de hambre y el placer de seguir con avaricía la historia de tan fantánticos universo durante páginas y más páginas y más páginas volvió. Recientemente, tuve la fortuna de ser lo bastante astuto como para leer Canción de Fuego y Hielo y mi única queja es que el bueno de G. R. R. Martin no haya acabado la Canción todavía y me haya tenido que quedar con las ganas al final del cuarto libro. ¿Qué tendrán esas historias de miles de páginas que tanto me atraen?
Mientras espero al quinto, he decidido empezar otra gran saga de la que llevo oyendo cosas buenas mucho tiempo y a cuyo autor no le he brindado la oportunidad que se merece. En verdad me enfrento a un desafío pues se tratan de muchos libros y muchas páginas pero a pesar de que me conozco y sé que este nuevo vicio puede quitarme muchas horas de sueño me lanzó de cabeza, dispuesto a bucear en una nueva y compleja historia que seguro me tendrá atrapado durante muchos días. La nueva saga que hoy estrenaré se llama La Torre Oscura de Stephen King.